martes, 24 de noviembre de 2009

RELIGION




El culto a los dioses formaba parte indisoluble de la vida de todos y de cada uno de los habitantes de México. Desarrollaron una religión en la que fueron incorporando las divinidades de los pueblos conquistados
La religión azteca, principalmente el culto a Huitzilopochtli, expresaba una verdadera
ideología imperialista. El principal dios de los aztecas les había prometido, a cambio de los sacrificios humanos que les exigía, el dominio del mundo. La armonía del universo dependía de dioses que recuperaban su vigor mediante la sangre de los hombres más eminentes y, en especial, de los guerreros valerosos, provistos a los dioses mediante la guerra.
En algunos relatos se informa que practicaban la antropofagia con los cuerpos sacrificados. Una de las posibles causas de este ritual es la creencia de que, consumiendo el cuerpo del guerrero valeroso, se incorporaría en uno el espíritu del mismo, reforzando así su propia
fuerza. Otra de las creencias era que el sacrificado era un enviado frente al dios, y que consumiéndolo se estaría más cerca de la dividid
Los sacrificios humanos aztrecas impresionaron desde el comienza a los españoles. Los aztecas confundieron a los primeros conquistadores con los dioses, y les enviaron todo tipo de
ofrendas. Esta impresión hizo decir a los españoles que no pasaba día sin que inmolaran por lo menos a una persona.
El sacrificio anual de mayor emotividad se realizaba en homenaje a Tezcatlipoca. Con un año de anticipación los sacerdotes elegían a un prisionero joven para representar al dios, y durante ese año lo educaban en distintas artes –por ejemplo a tocar la flauta de
cerámica-, lo vestían con trajes muy bellos, y todo el mundo lo reverenciaba como si fuera la imagen viviente del dios. Cuando comenzaba el mes del sacrificio, lo casaban con cuatro vírgenes –que tenían el nombre de cuatro diosas-, y se hacían grandes fiestas.
El día señalado, era acompañado por las mujeres en una embarcación por el lago hasta llegar a una
pequeña isla donde estaba el templo. Allí se dirigía solo a la pirámide, subiendo lentamente los peldaños y quebrando las flautas de cerámica que había utilizado para adorar al dios. En la plataforma, cuatro sacerdotes lo recostaban sobre la piedra del sacrificio sujetándole los brazos y las piernas, y un quinto le habría rápidamente el pecho con un cuchillo de sílice, y le arrancaba el corazóncon la mano, para ofrecérselo a la divinidad. La sangre se recolectaba luego en un vaso sagrado, y su corazón luego se quemaba en homenaje al dios.
En otras ocasiones la víctima debía combatir contra otros guerreros hasta morir, incluso en el
juegode la pelota, el jefe del equipo vencido era sacrificado ceremonialmente.
Además de Huitzilopochtli (el colibrí), dios tribal de los aztecas, habían adoptado otros de diferentes pueblos, como Tlaloc, dios olmeca de la lluvia; Quetzalcoatl (serpiente emplumada), dios de la sabiduría tolteca, y Tezcatlipoca, uno de los dioses creadores, de origen mixteca.

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